Por: Jesús Baldonedo
Ayer leía con tristeza en la prensa sobre la pareja que murió carbonizada en un accidente, solo por esquivar un perro en la vía, tenían 3 meses de casados y un bebe en gestación. También seguía de cerca por los noticieros internacionales, las trágicas consecuencias del huracán Sandy, de como este fenómeno, así de la nada, podría afectar a millones de personas.
Hoy estamos y mañana no sabemos...
Si pudiésemos tener consciencia de lo efímera de nuestra vida, tal vez pensaríamos dos veces antes de ignorar las oportunidades que tenemos de ser y de hacer a los otros felices. Muchas flores son cortadas muy pronto; algunas apenas siendo pimpollos.
Hay semillas que nunca brotan y hay flores que viven la vida entera hasta que, pétalo por pétalo, tranquilas, se entregan al viento. Pero no tenemos como saber eso....no sabemos por cuanto tiempo estaremos disfrutando de este Edén, tampoco las flores que fueron plantadas a nuestro alrededor. Y nos descuidamos a nosotros mismos y a los que amamos, a nuestros familiares y amigos.
Nos entristecemos por cosas pequeñas, superficiales, cosas materiales y perdemos un tiempo precioso....perdemos días, a veces años.... Nos callamos cuando deberíamos hablar, y hablamos demasiado cuando deberíamos quedar en silencio....no damos el abrazo que tanto nos pide nuestro corazón porque algo en nosotros impide esa aproximación.
No damos un beso cariñoso “porque no estamos acostumbrados a eso” y no decimos lo que nos gusta, ni expresamos lo que sentimos porque pensamos que el otro lo sabe automáticamente. Y pasa la noche y llega el día; el Sol nace y se oculta, y continuamos siendo los mismos. Reclamamos lo que no tenemos, o que no tenemos lo suficiente....y nos consumimos, comparando nuestra vida con la de aquellos que poseen más.
Y el tiempo pasa. Pasamos por la vida y no vivimos. Sobrevivimos, porque no sabemos hacer otra cosa. Hasta que, inesperadamente, nos acordamos y miramos hacia atrás. Y entonces nos preguntamos: Y ahora que.?
Ahora, hoy, todavía es tiempo de reconstruir alguna cosa; de dar un abrazo amigo; de decir una palabra cariñosa; de agradecer por lo que tenemos, de mirar la oscura noche con estrellas, de caminar descalzo...de decir y hacer lo que sentimos.
Nunca se es demasiado viejo, o demasiado joven, para amar, para decir una palabra gentil, para hacer un cariño.
No mires para atrás. Lo que pasó, pasó. Lo que perdimos, perdimos. Mira hacia adelante!
Todavía hay tiempo de apreciar las flores que están enteras a nuestro alrededor.
No permitas que apaguen la llama de tu ser... mantén encendida tu luz y alumbra a los demás.
Todavía hay tiempo de agradecer a nuestro Dios por la vida, que aunque efímera, aún está en nosotros.
jbaldonedo@gmail.com
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